
Mundial Sub-23: El reflejo de lo que tenemos
Cuando la IV Copa del Mundo de Béisbol categoría Sub-23 años, con sede en varias ciudades de Taipei de China ya es historia, y Cuba protagonizó una actuación muy por debajo de lo esperado, nos proponemos analizar el resultado de nuestra selección.
Es inevitable comenzar por el lugar ocupado por el equipo en la tabla de posiciones, el décimo; una de las inferiores ubicaciones que un conjunto cubano ha obtenido tras concluir un evento beisbolero internacional.
De igual modo, en los últimos años han propiciado otras actuaciones para nada memorables y calificadas como fracasos rotundos en los anales históricos cubanos del deporte de las bolas y los strikes. Por sólo citar un ejemplo, se recuerda el sexto puesto de los Juegos Panamericanos de Lima 2019.
También se debe rasgar el velo de este decepcionante décimo lugar, aun cuando ello no calme el dolor a quienes aman y sienten por nuestro pasatiempo nacional. Sabedores de que estar solo delante de países con poca tradición beisbolera como Alemania y Sudáfrica en un evento de 12 equipos, nada podrá justificar lo ocurrido.
Lo cierto es, que a los antillanos los golpeó algo que en los últimos años lacera el béisbol cubano como una deficiencia constante: el no poder tomarle el ritmo a la competencia.
Nuestros bateadores parecen indefensos ante cualquier picheo rival. Si es veloz, o lento, o si usa muchos lanzamientos rompientes; cuando despiertan ofensivamente ya es tarde para lograr aspirar a mejores permanencias.
Este fenómeno ocurre a causa de numerosos factores, y uno de ellos es, sin objeciones, la calidad del picheo que se presenta en los circuitos nacionales. Pero el bateo es el elemento más complejo de conseguir en este deporte, pues depende de una conjugación exacta de tiempos, coordinación y sincronización, por lo que a su vez, cualquier cambio en las rutinas establecidas por un pelotero cuesta definiciones, mucho más si se trata de estas categorías donde aún no se alcanza la maestría deportiva.
Sin embargo, aquí surge una dicotomía, pues nuestros lanzadores mostraron un buen desempeño, en líneas generales. A este hecho, que también es costumbre en nuestros seleccionados, lo definen varios elementos que, al menos en una de sus aristas, intentaremos explicar.
En un equipo Cuba se llevan a los mejores lanzadores del país, a quienes, a pesar de su talento, en la mayoría de las ocasiones los bateadores no los enfrentan todos los días en nuestros campeonatos. De esta manera, se espacia hasta tres o cuatro juegos el enfrentamiento de una batería completa a un serpentinero de calidad.
Además de lo expuesto anteriormente, los rivales también deben realizar ajustes ante lanzadores con un comando de picheo muy diferente a lo que están acostumbrados a ver en sus ligas.
Otro aspecto es precisamente el campeonato. Reservar una incipiente competencia de 15 partidos a la categoría que mejores resultados le ha brindado al deporte en la Isla, era muy poco para poder disponer de una muestra sólida de cuáles peloteros llevarían al torneo y sobre todo que lo hicieran en un estado de forma deportiva óptima.
Muchos especialistas, desde el inicio de la Serie Nacional Sub-23 con solo 15 juegos, vaticinaron sería la «Crónica de una Muerte Anunciada». Sin embargo, no todo puede verse como negativo, aunque así se pueda sentir el resultado final.
Conseguir cinco éxitos consecutivos dieron muestra del talento del equipo para arribar al final del campeonato en una mejor posición. Incluso, pudo haber estado en la Super Ronda, el primer objetivo no cumplido por la tropa que dirigió el cienfueguero Alaín Álvarez.
Pero las tres primeras derrotas ante Puerto Rico (0-5), Corea del Sur (0-4) y Países Bajos (2-3), resultaron una cruz excesivamente pesada en los dos segmentos competitivos, aunque paradójicamente el balance de victorias y derrotas fue positivo.
El aliciente de este torneo para los cubanos fue contar con el campo corto de la selección del Todos Estrellas, el villaclareño Christian Rodríguez, quien exhibió línea ofensiva de .368/.400/.421/.821, con siete imparables en 19 turnos legales, un doble, par de remolcadas y un boleto. A la defensa no cometió errores, realizó 11 asistencias y además facturó un total de cuatro jugadas de doble play. Sin dudas, merecedor de la distinción del mejor torpedero del Mundial.
Esta decisión, fue causante dentro de la afición de generar otra polémica, pues se supo que Christian fue dado de baja del conjunto de Centrales en la I Liga Élite del Béisbol Cubano. Pero la misma puede haber sido una situación coyuntural empleada por Armando Ferrer, mentor de ese conjunto.
En resumen, el Mundial Sub-23 de Taipei de China 2022 para Cuba representó, desde lo deportivo, un duro golpe. Una muestra de cuánto es necesario un giro de 180 grados en la manera de perfilar nuestro deporte nacional. Pero fue también, sin dudas, el reflejo de lo que tenemos.
Licenciado en Historia, estadístico y Narrador Comentarista Deportivo Twitter: @Roly_Diaz94 Instagram: @roly_diaz94
Rolando Díaz
-
Nada más cierto. Más allá del éxodo migratorio de nuestros atletas, está ese giro de, diría yo 360 grados. Necesitamos cambiar nuestros métodos. Nos hemos quedado detenidos en el tiempo aún cuando científicamente los métodos de práctica y entrenamiento utilizados hoy en cualquier lugar del mundo, están probados con excelentes resultados. Nuestros métodos son arcaicos y eso a la postre, da al traste con todo deseo de victoria. Los atletas no tienen incentivo y ver los resultados obtenidos tiran por el suelo todo deseo. Hasta la metodología de arbitraje los golpea y es por eso q Cuba sigue presentando resultados tan tristemente discretos como los obtenidos.
-
Muy acertado coincido 100% sino mire mis comentarios en Cualguier publicación y digo más el último lo hice al programa bola viva léelo para que vea y lo hice antes de ver este idéntico solo le agregué que no diganas que el éxodo de peloteros a Cuba le afecta y dije textualmente ningún país en ningún evento que no sea un clásico mundial y menos en esa categoría U23 lleva a sus mejores peloteros aún Cuba pudiendo llevar a todo lo.mejor que tiene en esa categoría si Dominicana que ni siguiera estuvo en el mundial pudiese llevar a todos sus peloteros U 23 ,ni hablar Cuba tampoco ganaba la única diferencia es que esos muchachos cubanos que se van se van ilegal pues la política del País y de USA los obliga y a otro pelotero de Cualguier otro país se va legal bajo un contrato legal pero eso no es justificación no es ninparacirlo donde único le vale esa justificación es en el clásico que ahora Cuba no tiene esa ventaja de llevar a sus mejores peloteros MLB no puede miebtralod demás sí que por demás Cuba estuvo esa ventaja sobre el mundo durante décadas mientras fue amateur el béisbol Cuba llevaba peloteros que en esa época su inmensa mayoría de haberse ido fueran MLB,cómo.no se podían o quisieron irse Jugaban aquí y entonces éramos superiores aunque se pasaba trabajo en muchos torneos contrapesos amateur claro con calidad ,pues muchos de ellos llegaron a MLB,pero en di la verdadera razón es esa que explico en su publicación
Dejar un comentario
Su correo electrónico no será publicado. Los campos obligatorios están marcados con *
Comentario*
Nombre*
Email*